Biografia

Clemente nació el 18 de agosto de 1934, en una simple y humilde casa en los predios de la vieja carretera de Río Piedras a Carolina, en un barrio llamado San Anton en Carolina, Puerto Rico, hijo de Melchor y Luisa Walker. 

Era una época muy difícil tanto en Puerto Rico como en toda América, la única salida para este mal sociológico era el ardúo trabajo diario que se arrimaba cada día para llenar ese vacío circunstancial. 

Los Clemente Walker no se quedaron atrás y estipularon su razón de vivir dentro de un marco armonioso que iluminaba sus vidas y contrarestaba la acción despiadada que azotaba aquellos tiempos. La familia estaba compuesta por el patriarca don Melchor, doña Luisa Walker (ama de casa), Luis y Rosa María Oquendo, en su matrimonio con don Melchor llegaron al mundo Roberto, Andrés Matino y Osvaldo. Roberto fue el más joven de los cuatro hermanos. Desde temprana edad practicaba todo tipo de deporte, y dentro de ellos, no tardó el béisbol en convertirse en su mayor pasión.

Roberto Clemente fue conocido por el mote de "Momen" durante su vida por los familiares y amigos de la comarca, se lo debe a su hermana Rosa que en una ocasión pronunció ese sobrenombre quedando así Clemente bautizado.

Datos escolares sobre Clemente demuestran que era un gran estudiante que absorbía las materias en transcurso, decían que no hablaba mucho, era introvertido. Estudió en la Escuela Superior Julio Vizcarrondo Coronado de Carolina, claustro que elaboró infinidad de atletas en todo el sentido de la palabra.

Clemente era un atleta natural, tiraba jabalina, brincaba a lo alto, saltaba triple salto, jugaba softball y corría 400 metros lisos, todo lo hacía muy bien. Estaban ante la presencia de un superdotado del deporte que posteriormente se convertiría en un gran jugador de las Grandes Ligas.

Miembro activo de la Liga Atlética Policíaca, así como feligrés de la Iglesia Bautista de Carolina, Roberto sobresalió en eventos de pista y campo, ganando medallas en tiro de jabalina y carreras cortas.

El curso de la vida continuaba, la vida y su tolerancia reposaba de la amargura trayendo consigo variadas alternativas de fé y esperanza. Toda la cadena se iba eslabonando de un modo superlativo repasando sus talentos dentro de un marco equitativo. Clemente seguía demostrando sus kilates como atleta hasta que llega a la Liga "Doble "A" con el equipo de Juncos. El manager era Monchile Concepción otra estrella deportiva en sus tiempos que además trabajaba para los Cangrejeros del Santurce en el Béisbol Profesional de Puerto Rico como coach.

La escena deportiva en la vida de Clemente estaba preparada para dar el gran paso al béisbol profesional. Don Pedrín Zorilla (QPD) un verdadero as en cuanto al béisbol se refiere observó a Clemente en un partido de exhibición. Ese día Roberto hizo dos atrapadas magistrales en el jardín central e hizo un disparo certero desde esos predios. Bateando ni se diga, el talento estaba y Zorrilla lo sabía, más adelante el 9 de octubre de 1952, Clemente firmaba para los Cangrejeros del Santurce de la Liga Invernal de Puerto Rico con un bono de $400.00 dólares y un salario de $40.00 semanales.

La prueba grande para Roberto Clemente fue en el antiguo parque Sixto Escobar, allí Zorilla invitó a diferentes jovenes a unas pruebas "Tryout". En el turno de Clemente a la defensiva lo enviaron a que tirara desde el "outfield" al cuadro y lo que la gente observó fue un brazalete descomunal. En el corrido de 60 yardas hizo 6.4 segundos, algo extraordinario, en su turno al bate parecía una regadera tirando líneas para todos lados. Sin embargo en ese momento no fue firmado por Al Campanis por que todavía era estudiante de escuela superior. Campanis Vicepresidente de los Esquivadores de Los Angeles no podía creer lo que sus ojos vieron ese día en el "tryout", se dice que los Bravos del Milwakee luego le ofrecieron a Clemente entre $30 y 40 mil dólares. Finalmente el 19 de febrero de 1954, los Esquivadores de Brooklyn firmaron a Clemente mediante la autorización de su padre por la suma de $10,000 mil y un salario de $5,000 por la temporada de 1954, con los Reales de Montreal, una surcursal "AAA" de Brooklyn en la Liga Internacional.

Cuando Roberto Clemente se graduó de escuela superior en Puerto Rico, recibió no sólo los mejores deseos de sus amigos y familiares pero también la bendición en persona de escuchas de diez equipos de grandes ligas.

Como mencioné anteriormente los que conocían a Clemente lo llamaban por su apodo Momen. Los que nos lo conocen le decían Bob - un recuedo de la falta de entendimiento de la cultura latina en esos tiempos-. En Pittsburgh, el narrador Bob Prince le puso “Arriba” y ese nombre formó parte de cómo jugaba. 

Sin embargo, nunca jugó para Brooklyn o Los Angeles. Una regla en efecto en aquel entonces requiería que cualquier jugador que firmara por más de $4,000 fuera puesto en el registro de las grandes ligas después de un año en las menores; de lo contrario, podía ser firmado por cualquier otro club por $4,000. Aquí el muchacho de Puerto Rico veía acción esporádicamente cosa que no le gusto a Clemente hasta llegar el punto de que querer regresarse a Puerto Rico. 

El gallinero estaba alborotado y Clemente en un partido abandonó el equipo dirigiendose al hotel donde se hospedaba y empacó todos sus bártulos. Un escucha de los Piratas llamados Clyde Sukeforth fue al hotel y habló con Clemente explicandole que el próximo año el sería el guardabosque regular de los Piratas.

Aunque los Dodgers intentaron esconder a Clemente en su registro de Montreal al no ponerlo a jugar, fue reclamado por los Piratas el 22 de noviembre de 1954, por $4,000.

Con el Montreal Roberto participó en 87 juegos, jugó en los jardines y en tercera, su promedio fue de 257 con 27 anotadas y 12 impulsadas, 148 turnos al bate con 38 inatrapables, 5 dobles, 3 triple y 2 jonrones, un solo error defensivo.

Clemente ingresó a los Piratas de Pittsburgh en el 1955, jugador número 21 y estuvo en ese club hasta 1972. Su récord dentro de ese equipo lo establece como miembro regular de los Piratas de Pittsburgh por 18 temporadas (1955-1972); jugó en 2,433 juegos, tuvo 9,454 turnos al bate; anotó 1,416 carreras; hizo 3,000 hits (el undécimo de doce jugadores en lograr este hecho en la larga historia de los 135 años del béisbol incluyendo 250 cuadrangulares).

Clemente logró 4 títulos de bateo en la Liga Nacional (61-64-65-67), y 12 veces fue seleccionado al Juego de las Estrellas. En 1958 sacó a 22 corredores para ganar el primero de un récord de cinco títulos de asistencias.

Clemente participó en dos Series Mundiales, bateando 310 en 1960 y 414 en 1971. Fue campeón de bateo cuatro veces; fue seleccionado el Jugador Más Valioso de la Liga Nacional de 1966 (primer puertorriqueño que lo logra); doce veces ganó el Guante de Oro por su habilidad en el fildeo como jardinero derecho y seleccionado el Más Valioso de la Serie Mundial de 1971.

En 1971 dió un cuadrangular en el sexto y séptimo juego, bateó .414 con 12 hits, fildeó sin error, y fue escogido el JMV de la Serie. De por vida bateó .317 con 240 jonrones y 1.305 impulsadas.

Fue la mejor inversión de los Bucaneros (Bucs) desde Honus Wagner. Una estrella de Series Mundiales, llevó a los Bucs a campeonatos en 1960 y 1971 y bateó seguro en cada juego de Serie Mundial en el que jugó.

Se casó en 1964 con Vera Cristina Zabala y tuvieron tres hijos: Roberto Jr., Luis Roberto y Roberto Enrique. Ellos tenían seis, cinco y dos años cuando su padre murió. Roberto fue un gran padre, buen hijo, buen hermano y buen esposo. Persona de gran calidad humana que hizo mucho por otros en las Ligas Mayores e hizo mucho por la gente, comprometido como era el Evangelio de caridad cristiana, interesado en otras personas y en los niños.

Esto explica porque su lucha era más que personal; era la lucha de su raza y la lucha de las personas menos afortunadas que él. Ciertamente, tenía interés genuino por la humanidad como un hijo de Dios y hermano de todos los seres humanos.

El 30 de septiembre de 1972, el puertorriqueño Roberto Clemente hizo historia. En el estadio Three Rivers y ante una fanaticada de 13,117 personas,el "Astro Puertorriqueño" conectó el imparable número 3,000 de su carrera.

Clemente estuvo aquejado de lesiones en la espalda durante toda su carrera, como resultado de una espina dorsal artrítica ocasionada por un accidente automovilístico.

El 31 de Diciembre de 1972, una semana después de la Recepción Inmaculada de Franco Harris, los Steelers perdieron ante los invictos Miami Dolphins en el juego de campeonato de la AFC. Los decepcionados ciudadanos de Pittsburgh salieron a las obligatorias fiestas de fin de año, desalentados porque solo tenían un año nuevo que celebrar, y no un Super Bowl, también.

Unas cuantas horas más tarde, la derrota de los Steelers no parecía tan importante. El primer día de 1973 trajo una noticia inconcebiblemente mala que muchos en la ciudad todavía no pueden llegar completamente a creer.

Roberto Clemente, el alma misma de los Piratas de Pittsburgh durante casi 20 años, había muerto...Tenía solo 38 años -- viejo para un pelotero quizás, pero incuestionablemente joven para un hombre tan activo, tan talentoso, tan apuesto, tan vivo.

El puertorriqueño Roberto Clemente ha sido uno de los atletas latinos más ejemplares de todos los tiempos y entregó su vida por ayudar a los nicaragüenses  tras el terremoto que afectó a Managua.

Sus mejores días en el baseball se habían ido, pero sus habilidades apenas se habían erosionado. No había ninguna plática de que debiera retirarse -- solo 15 meses antes había liderado a los Piratas hacia una victoria de Serie Mundial que frustró a los Orioles de Baltimore. Hablaba de jugar cinco años más.

Luego, en un lapso no más largo del que le tomaba soltar uno de sus poderosos tiros desde el right field, se había ido, su vida había sido borrada por un accidente de avión mientras ayudaba a transportar toneladas de suplementos de ayuda desde su nativa Puerto Rico a las víctimas del terremoto de Nicaragua. Una ciudad incrédula se precipitó a sus televisores para observar las imágenes que permanecen taladas en las memorias de una generación de fanáticos de los Piratas.

De la esposa de Clemente, Vera, parada desconsolada sobre la playa Puertorriqueña, mirando mientras los trabajadores de rescate no lograban recuperar su cuerpo. De los devastados Puertorriqueños, con lágrimas en sus rostros mientras lloraban al hombre que veneraban, y todavía veneran, como un rey.

"El fue el único jugador que los jugadores en otros equipos no querían perder", dijo Blass. "Salían corriendo de la casa club para mirarlo tomar las prácticas de bateo. Podía hacer que un veterano de 10 años actuara como un chico de 10."

Pittsburgh lo recuerda, también, aunque los fanáticos de los Piratas deben tener unos 30 años para retener cualquier recuerdo de verlo jugar en persona. Vayan a cualquier partido de los Piratas, y es imposible que no le recuerden al hombre conocido como El Grande.

Clemente disfruta de mucha más popularidad ahora que cuando ganó 12 premios Guante de Oro, cuatro títulos de bateo de la Liga Nacional y jugó en 12 partidos de Estrella consecutivos.

El 6 de agosto de 1973, Clemente fue exaltado al Salón de la Fama del Béisbol en Cooperstown, Nueva York, siendo el primer pelotero latino en recibir tal distinción y quebrando la regla de esperar 5 años de retiro para ser elegible a la nominación.

Postumamente se le reconoció muchas de sus virtudes:

Abril de 1973.- Se celebra ceremonia para retirar el número 21 del equipo de los Piratas de Pittsburgh.

Mayo de 1973.- El expresidente Richard Nixon entregó a su viuda Vera Clemente, la Primera Medalla Póstuma al Ciudadano.

Agosto 1973.- Fue exaltado al Pabellón de la Fama del Béisbol en Cooperstown, Nueva York.

1973.- Se le otorga el nombre de Roberto Clemente al primer coliseo de la ciudad capital de San Juan, Puerto Rico.

1984.- La Oficina Postal en Washington emitió un sello postal honrando su memoria.

1998.- La industria discográfica edita un musical basado en su vida. Dicha grabación, producida por Larry Harlow, fue escogida como una de las más sobresalientes del año por la Fundación Nacional para la Cultura Popular.

2003.- El presidente George W. Bush otorga  en forma póstuma la Medalla Presidencial de la Libertad al astro puertorriqueño de béisbol, Roberto Clemente

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