REPORTAJES

Esta pagina sera dedicada a diversos reportajes de Roberto que han sido escrito atraves de los años por  Escritores e Historiadores  del  deporte del baseball.

Roberto Clemente, "Un Pirata Especial"

Por: Edwin 'Kako' Vázquez

Latinoamerica es un "paraíso primaveral" lleno de aventuras colosales y de una envergadura altamente descomunal. Esta raza es hidalga y concecuente sembrando un fruto radiante de esplendor subliminal tallado con las manos himildes de sus pobladores. Dentro de toda esta espectativa encontramos a unos "gladiadores" del deporte del béisbol cuyo sacrificio valió la pena abriendo unas puertas completamente inactivas para nuestra raza.

Uno de estos gladiadores se llamó Roberto Clemente Walker conocido por el mote de "Momen", un hombre humilde que supo aprovechar la oportunidad que Dios le brindó para ayudar a sus semejantes y llevar nuestra raza al sitial donde se encuentra hoy en día.

El recordarlo es un pasadía a una historia galante e interesante, hoy refescaré su pensamiento amigo lector para que tenga en cuenta la trayectoria del "Astro Boricua".

Roberto Clemente es un símbolo del deporte latinoamericano combinado con una estampa de agnegación humanitaria. Apareció en el béisbol de las Ligas Mayores en la década del sesenta, estableció varios récord como jugador de este pasatiempo que le aseguraron su viaje al Salón de la Fama, lugar de privilegio para todo pelotero. Su muerte en 1972 dejó un gran vació que enlutó al Continente Americano y lo convirtió en una leyenda inmortal.

Cuando lo recuerdo todo mi ser se entristece, dormía profundamente aquella noche navideña del 1972, noche de fin de año, cuando mi padre un fiel seguidor del béisbol, me levantó súbitamente para decirme que Clemente había fallecido en un accidente de avión.

Toda la navidad acabó en aquel momento. Fue automático como si todos los corazones de Puerto Rico y de todo el mundo lo sufrieran al unísono. Era increíble, él y Orlando Cepeda eran mis ídolos, cuantas veces lo había visto jugar, tenía forjada en mi imaginación de adolecente una figura que era invencible. Su espíritu ganador era determinante desde que comenzó a jugar béisbol en su pueblo natal de Carolina, tuvo a Babe Ruth y Joe Dimaggio por modelos, y se propuso demostrarle al mundo que los jugadores latinoamericanos, podían conquistar las Grandes Ligas.

Clemente siempre fue un ser humano de una personalidad singular, sin dejar atrás aquel tiempo difícil cuando el racismo era el pan de cada día. Sin lugar a dudas, fue ídolo de ídolos que aprendió a no darse por vencido y de llegar al sitial de éxito como lo conocemos hoy en día.

"Momen", como se le conocía creció en una comunidad pobre del pueblo de Carolina, sus primeros años tuvo a don Miguel París como maestro. Decía su maestro:" Roberto era integro, intachable, comno atleta, lo mejor que ha producido el mundo. Junto a su familia hizo lo indecible para seguir adelante.

Su padre Don Melchor era capataz en la Central Victoria, su madre doña Luisa Wealker, era una ama de casa al cuidado de los siete hijos que componían la familia Clemente Walker. Sus hermanos eran, Osvaldo, Justino, Andrés, Rafaela, Rosa y Ana Iris.

Clemente, primero el ser humano y luego el pelotero, absorbió todo lo positivo de sus padres, llegando a ser un ejemplo para todos los que le conocieron. Dios lo había dotado de un don natural que lo llevó a establecerse como un superdotado en el campo del béisbol, que además le serviría para llevar paz a muchas partes del mundo. 

A través de su vida evidenció un campo de belleza espiritual dentro de un matíz de esperanza y caridad. Aquellos años duros cuando comenzó, le sirvieron para incrementar un sueño latente en su corazón, un lugar donde los niños de escasos recursos pudieran desarrollarse dentro del campo del béisbol. Hoy se conoce como la Cuidad Deportiva Roberto Clemente.

Desde principio, Clemente se ecargó poco a poco de ir dejando claro cuán valioso era en el deporte de béisbol. El tejía su sueño dentro y fuera del ambiente deportivo. El despertaba entre los críticos la mayor fuerza carismática destacándose en todos los departamentos y dando a conocer el nombre de nuestero país.

Muchos pensaban que Puerto Rico, la "Isla del Encanto" era un lugar en algún lugar recóndito del planeta. No conocían de la bondad de nuestras gente, de la riqueza de nuestra cultura, de la grandeza de nuestros próceres, ni de la belleza de nuestras playas.

El 1955 era una época difícil, pero Clemente había nacido para decifrar aquel rompecabezas. El cambio de clima, la lejanía de la familia y el racismo por partida doble (uno por razones étnicas y el otro por el color de su piel), hacían de aquel momento uno bien cuesta arriba, pero él estaba dispuesto a abrir la brecha para que aquellos que le siguieran 
fueran tratados con mayor justicia.

La muralla se iba derrumbando, pero quedaban trozos, los cuales había que disipar para poder esclarecer el camino. Los dueños de equipo eran vehementes al Tío Sam, estructuraban sus equipos de acuerdo al material existente de Estados Unidos, dando al latino una mínima oportunidad para demostrar su valía.

Roberto Clemente iba a su graduación, sin embargo no todo fueron "rosas y gardenias", al llegar a Estados Unidos encontró que el equipo Dodgers de Brooklyn tenían muchos guardabosques experimentados por lo que fue enviado al Montreal una sucursal de clasificación Triple "A".

Aunque jugar en las menores le favorecía para su desarrollo, todos los expectadores sabían que el pelotero de Carolina estaba listo para jugar al más alto nivel profesional, que eran las Grandes Ligas.

En las menores fue usado esporádicamente, lo que a Roberto empezó a molestarle. Lo increíble del caso lo era que cuando jugaba demostraba a cabalidad la clase de estrella que se perfilaba. Por ende todos sus compañeros trataban de obviarlo. Pero la suerte estaba echada, el muchacho de Puerto Rico rompió toda esa mediocridad y empezó a madurar observando como ellos manipulaban el negocio.

Clemente cambió su forma de pensar y fue fabricando una personalidad única hambrienta de justicia e igualdad.

Dios le había regalado un don, aquel Angel empezaba su pergrinación en el deporte del béisbol, no sin saber que pronto se pasearía por el ancho camino por donde sólo los grandes entran y transitan, construyendo así, con paciencia, sacrificio, dedicación y con toda el alma el nombre de quien hoy conocemos como Roberto Clemente Walker, el "Gran Astro Boricua".

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